Vi a la bella y a la vestía. Por: Pavel Frank Rozas Pino
Vi a la bella y a la vestía
Por: Pavel Frank
Rozas Pino
Ojos color miel,
cabellos dorados, piel de almendra y nariz perfecta
busto generoso,
cintura de avispa, nalgas y pernas contorneadas
en frente un
orangután de rala barba, nariz de paragua, mofletudo
sin modales,
tosco, soez, palmoteándote como si fueran suya.
Todo el tiempo observándolos
parece una eternidad que aborrezco
más o menos
como a mí mismo, acaso existe razón para verlos
quien soy para
hacer juicios y criticar vuestra relación de desventura no tengo porque
tirar la primera piedra, no tengo siquiera una aventura.
Se alejan
agarrados de la mano, fina porcelana de orfebre demente que
espectáculo atroz,
no existe el ritmo, ausencia de simetría adiós belleza
que tristeza
porque ella debería estar en otros brazos y besando otra piel
destino cruel
que nos amarra a siempre desear lo lejano y bastardo.
Con ánimo de seguir
machacando la vieja desventura que me acompaña
camino raudo
por entre las gentes, deseo encontrar para la niña de mis ojos
consuelo, único
sentimiento que no encuentro en esta larga, larguísima campaña
que al amanecer
dice en su silencio a gritos amaneciste solo esta mañana.
Encontré a la
bella y la vestía, ella igual de inmaculada, el siempre borroso
abrazados caminan,
produciendo en los transeúntes un espectáculo bochornoso
mano ligera en nalga
derecha pues todo es de su propiedad, es un ganador
y hasta puede
ufanarse de tratar pésimo a quien lejana debería estar.
Hay una
explicación, seguro se te ve mejor en coche impecable, caserón,
muchos ceros en
cuenta bancaria y ego al tope, competir es un roche.
Pero lo que no
sabe el grandulón es que ella quiere quedarse conmigo,
me ha dejado número
en servilleta que todos los días digito solo para mí y ella.
busto generoso, cintura de avispa, nalgas y pernas contorneadas
en frente un orangután de rala barba, nariz de paragua, mofletudo
sin modales, tosco, soez, palmoteándote como si fueran suya.
más o menos como a mí mismo, acaso existe razón para verlos
quien soy para hacer juicios y criticar vuestra relación de desventura
espectáculo atroz, no existe el ritmo, ausencia de simetría adiós belleza
que tristeza porque ella debería estar en otros brazos y besando otra piel
destino cruel que nos amarra a siempre desear lo lejano y bastardo.
camino raudo por entre las gentes, deseo encontrar para la niña de mis ojos
consuelo, único sentimiento que no encuentro en esta larga, larguísima campaña
que al amanecer dice en su silencio a gritos amaneciste solo esta mañana.
abrazados caminan, produciendo en los transeúntes un espectáculo bochornoso
mano ligera en nalga derecha pues todo es de su propiedad, es un ganador
y hasta puede ufanarse de tratar pésimo a quien lejana debería estar.
muchos ceros en cuenta bancaria y ego al tope, competir es un roche.
Pero lo que no sabe el grandulón es que ella quiere quedarse conmigo,
me ha dejado número en servilleta que todos los días digito solo para mí y ella.
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